larga vida a la zorra
En la mañana del 30 de mayo de 1431 los troncos se apilaban en la plaza del mercado Viejo de Ruán, una pira se construía poco a poco bajo un cielo brillante para quemar a una joven de unos diecinueve años. Ni las súplicas de Yolanda de Aragón ni las de Agnes Sorel, amante del rey francés Carlos VII sirvieron para evitar que los hombres del duque de Borgoña, un tumulto de traicioneros, la capturaran y entregaran a los ingleses a cambio de un sustancial rescate. Sí, entregaron a la mujer que les había llevado a contener el asalto a Orleans por parte de los ingleses, sus enemigos. Los soldados ingleses, los mismos que se habían burlado de ella, cumplieron su amenaza de apresarla para quemarla viva, frente a la total pasividad del ejército y el rey al que ella había servido con honores ayudándole a conseguir la corona.
“Hemos oído estos últimos días que está en vuestro poder esa mujer llamada La Doncella, de lo que nos alegramos mucho, confiados en que por orden vuestra esa mujer será puesta en justicia para reparar los grandes maleficios y escándalos sucedidos notoriamente en vuestro reino por su culpa, en gran perjuicio del honor divino de nuestra santa fe y de todo vuestro buen pueblo”.
Los ingleses llevaron a Juana a Ruán, la capital de Normandía, para someterla a un proceso inquisitorial dirigido por Pierre Cauchon, obispo de Beauvais, antiguo servidor del duque de Borgoña y ex miembro del consejo del rey de Inglaterra. Durante los cinco meses que duró el juicio, ella afirmó reiteradas veces que no sentía ningún tipo de culpa, pues cumplía la voluntad de Dios, liberar el pueblo francés y recuperar el territorio ocupado por los ingleses.
“Que la mujer, comúnmente denominada Juana la Doncella…, debe ser denunciada y declarada hechicera, adivinadora, seudoprofetisa, invocadora de espíritus malignos, conspiradora, supersticiosa, implicada en la práctica de la magia, infiel a nuestra fe católica, cismática…, y en otros artículos de nuestra fe escéptica y descarriada, sacrílega, idólatra, apóstata, dañina y maldita, blasfema contra Dios y los santos, escandalosa, sediciosa, perturbadora de la paz, incitadora a la guerra, cruel y ávida de sangre humana, incitadora a la matanza, habiendo completa y vergonzosamente abandonado la decencia de su propio sexo e inmodestamente adoptado las vestiduras y costumbres de un hombre de armas. Por esto y por otras cosas abominadas de Dios y de los hombres, traidora a las leyes humana y divina, y a la disciplina de la Iglesia, seductora de príncipes y plebeyos, habiendo permitido con menosprecio y desdén de Dios ser adorada personalmente, dando sus manos y ropas a besar, herética o, en cierto modo, fuertemente sospechosa de herejía, debe ser castigada y corregida de acuerdo con las leyes divinas y canónicas…”
De esta forma empieza el primer artículo del Acta de acusación. Cuando le preguntaron sobre si afirmaba estar en la gracia de Dios ella respondió: “Si no estoy en ella, que Dios me ponga, y si lo estoy, que me mantenga”. Por ello fue acusada de herejía y brujería. Seguramente su herejía fue ser una mujer que vestía armadura y aprendió a usar la espada. ¿La brujería? Dirigir su ejército a la victoria prohibiéndoles violar y saquear a su paso.
Esa chica que abandonó el hogar familiar siendo todavía una niña para meditar en los bosques y librar a Francia de la Guerra de los Cien años guiada por Santa Catalina y Santa Margarita fue exorcizada en varias ocasiones por aquellos que no sabían que el zorreo no puede borrarse del alma con plegarias.
Zorrear es estar por encima del bien y del mal. Es un estado mental y del alma. Cualquier persona puede zorrear, es una virtud humana, pero poques lo saben. Y por eso creo que las voces que escuchaba y guiaban a Juana eran las de su propia alma, que la levantaron para luchar no solamente contra Inglaterra, sino contra las concepciones patriarcales de su tiempo.Juana estaba harta de reyes y de ver derramar la sangre de su pueblo, estaba hasta el coño de ver a los tíos saquear y violar en nombre de la corona y del territorio. Juana era una zorra libre, las santas le hablaban, le decían “no dejes que estos mierdas te hundan, pronto te reunirás con nosotras”. Quizás no es el prototipo de zorra al que nos viene enseguida a la cabeza, pero eso es porque erróneamente los hombres nos han hecho creer que la zorra es la femme fatale. La que tiene mucho sexo -con hombres-, la tía que les seduce, que tiene una maldad moderada de esa que no da miedo, sino que les pone. La Doncella de Orleans era virgen a los ojos de los hombres, una muchacha que no representaba las cualidades de la feminidad de la época, vestida como un caballero, al trote montada en su caballo. El humo de la hoguera le hizo cerrar los ojos a Juana de Arco y yo imagino que allí escondida en el abismo recordó a todas y cada una de sus compañeras quemadas en el fuego. Brujas, bolleras, zorras insurgentes.
Una mujer bondadosa que no duda en poner su cuerpo en una batalla -literal- para defender su postura, eso sí asusta, por eso la quemaron.Imaginaos ahora a ella riéndose a carcajadas cuando la iglesia 25 años más tarde de su ejecución, la hizo santa teniendo las manos manchadas de la sangre de sus enemigos. Decidme si eso no es ser profundamente poderosa.
La estética del zorreo:
En el caso de Juana, destaca su atrevimiento portando con orgullo el estandarte del cross- dressing. La Doncella vestía armadura y el cabello corto, algo reservado a los hombres en esa época, destrozando así el binarismo de género, seguramente ese fue su verdadero pecado a ojos de la Iglesia y del resto de instituciones patriarcales.
Por un lado, los soldados franceses no la podían sexualizar pues no la veían como a una mujer decente y cortada por los patrones estéticos y morales de su época, por ello la rechazaban y señalaban como a una hechicera, una hereje que se atrevía a contradecir los valores estéticos y sociales del cristianismo. Paralelamente los soldados ingleses la señalaban como ramera, pues vivía y luchaba rodeada de hombres y eso suscitaba habladurías. De esta forma es como la sexualidad de las personas disidentes es siempre causa de conflicto y es expuesta tanto por su falta de ella como por su exceso. Se le preguntó por los anillos que llevaba pues consideraron que eran objetos de hechicería, a lo que Juana respondió:
“Cuando iba a la guerra miraba el anillo por placer y por honor a mi padre y a mi madre. Y también, porque con este anillo en mi mano y en mi dedo he tocado a santa Catalina, que se me apareció”.Juana necesitó ser quemada viva para luego devenir Santa. Necesitó arder junto a los símbolos de lo no-binario para poder ser reconocida ante aquellos por los que luchó.
Siempre me preguntaré cómo sería nuestro mundo europeo si Juana nunca hubiera sido ajusticiada. ¿Cuántas mujeres se hubieran alzado? ¿Cuántas cortarían sus largas melenas?
Icono pop:
En 1429, Christine de Pizan (Venecia 1364), poetisa de la corte de Carlos VI de Francia escribió “Ditié de Jehanne d’Arc”, un libro de poesía inspirado en la figura de Juana, de esta forma empezó a construirse su leyenda como icono. La Doncella ha inspirado nuestra cultura, se han escrito una cantidad enorme de libros, en el cine Juana también ha sido interpretada por muchas actrices como Maria Falconetti, Ingrid Bergman, Jean Seberg, Milla Jovovich y Leelee Sobieski. La película más reciente es “Jeannette”, un musical estrafalario dirigido por Bruno Dumont y con música de Igorrr. En el mundo del cómic su historia ha sido relatada por Andrés G.Leiva, Jacques Martin y Jean Pleyers, Cristina Hernando Polo, Aldo Brunetti, Arina Tanemura, entre otres. En el manga Drifters de Köta Hirano, Juana de Arco encarna a un personaje maligno y maldito, que enloquece después de ser quemada en la hoguera. Mythic Games, está en proceso de creación de un juego de rol de tablero que mezcla las campañas militares en las que participó Juana con un mundo fantástico lleno de ángeles y demonios. En 1981, el grupo de synth pop Orchestral Manoeuvres in the Dark (OMD) lanzaron el tema “Maid of Orleans”, otras bandas y artistes que le dedicaron canciones fueron Arcade Fire, Leonard Cohen, The Smiths, o Madonna que además, Gaultier la transformó en Juana para interpretar su famosísimo “Like a Prayer” en Eurovisión 2019 y dentro del panorama heavy metal, Tierra santa compusieron “Juana de Arco”. En el mundo de las artes plásticas, la ilustración y la moda también se encuentran referencias a ella.
Zendaya se transformó en la Doncella en la Met Gala de 2018 vestida por Versace. También ha sido encarnada en el mundo de los videojuegos en varias ocasiones. En “Age of Empires II: The Age of Kings” (1999) se puede jugar una pequeña campaña basada en la Guerra de los Cien Años, donde aparece Juana de Arco. En 2004 se lanza “Wars & Warriors: Joan of Arc” y cuatro años más tarde “Jeanne d’Arc” aparece para PlayStation. También fue una fantasía ver a Lisa Simpson encarnar a la Doncella en el episodio “Tales from the Public Domain” de la temporada 13. Juana nunca ha necesitado del perdón y la caridad de la iglesia, ella por si sola es una heroína que seis siglos más tarde sigue siendo recordada y admirada.
Estigma:
Como bien dijo Itziar Ziga hace unos años en una entrevista “El estigma puta regula y domestica la vida de todas las mujeres”. El estigma de la puta y la zorra funcionan de forma similar. La zorra causa conflicto por la transgresión y el atrevimiento al causar desorden, el estigma puta además señala el cobrar por ello, ya sea en cash, capital social, regalos o lo que se haya pactado.
Juana era virgen a los ojos del patriarcado, el máximo exponente de pureza para el poder de su época, pero sigue sin encajar en los valores de la feminidad hegemónica, no fue madre, abandonó sus tareas de cuidados en la granja familiar y no fue precisamente para encerrarse en un convento. Guió una campaña militar, causando la ira incluso del rey al que le consiguió la corona. A veces pienso en Juana de Arco en el fuego, maldeciendo a los traidores que la condenaron, los mismos que más tarde se rieron de ella nombrándola Santa. Me la imagino ahora portando el estandarte del zorrerío, cabalgando junto a las suyas, las que fueron traicionadas, señaladas, torturadas y quemadas por el bien del orden social y la castidad de la carne.
Juana me enseñó que puedo vivir y triunfar sin tener que agradar al sistema heteropatriarcal y que no debo temer a las hogueras, pues al final el fuego nos arropa y nos traslada al lado de nuestras compañeras.Enciendo una vela y quemo incienso por cada una de ellas, pero sobretodo, transmito su mensaje por las redes, enfundada en látex negro.
Documentación:
Julien Théry, profesor de historia del occidente medieval en la Universidad de Montpellier Sor Marie de la Sagesse, Santa Juana de Arco; Reina, virgen, mártir.
Flower, J, Jean of Arc: Icon of modern culture.
Acta Apostolicae Sedis (1909) Acta Apostolicae Sedis XVII (1920)
La Pasión de Juana de Arco, película de Carl Theodor Dreyer / El proceso de Juana de Arco, película de Robert Bresson
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